Godard decía que para hacer una película basta con tener una chica y una pistola. En este caso tenemos al chico: Unai, y la muerte de un poeta en el Barrio Gótico de Barcelona. Vidas que se entrecruzan sin conexión aparente; un poeta asesinado en extrañas circunstancias y un joven que se ha perdido en su propia existencia. Un viaje por el sur de Francia en el que reencontrarse con el pasado.
A través de una narración moderna y un lenguaje rítmico que retrata la levedad de la vida, Aitor Romero Ortega construye un texto profundo que se lee con la ligereza de los libros bien escritos.