El trazo que marca la vida de Heliodoro García Vallejo es una línea de sombra en el natural contraste de su luz espléndida y la cruda realidad de la Castilla del siglo XX. No solo por su retrato psicológico y la ajustada descripción de su contexto, sino por la belleza de su narración y la riqueza excepcional de la lengua castellana, esta es una novela extraordinaria en el panorama reciente de la literatura en español.