«La pequeña joya que es este libro reúne muchas verdades, algunas grandes, otras diminutas. Swift fue un hombre interesado no solo por la filosofía, a la que contribuyó con memorables grandes verdades, sino también por la política, una actividad en torno a las verdades gigantescas.» Mario Muchnik
En tiempos de mentiras de salón y simulaciones, cuando cualquier afirmación, sustentada en una idea desarrollada, cabal, ha sido convertida –por interés de la subjetividad neoliberal– en peligroso dogma, es necesario fijarse en autores como Jonathan Swift que, valiente y controvertido, plantó cara a las convenciones, utilizó el humor como arma política y desarmó a sus adversarios con fina ironía irlandesa.