Mario González Suárez ya es un escritor reconocido en México, donde nuestra filial
en el Distrito Federal publicó en 1999 El libro de las pasiones, que
obtuvo, además de una notable acogida por parte del público, el Premio Gilberto Owen, convocado por el
Gobierno del Estado de Sinaloa, y el
Premio Nacional de Literatura José Fuentes Mares, otorgado por la
Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Ya es hora, pues, de que su obra empiece
a circular también entre nosotros.
En un lugar llamado Puerto Solar se desbocan,
incontenibles, todas las pasiones.
La irrupción de «el Hechicero», un
torero prodigioso, concita una revuelta de los aficionados y desata los celos de unos amigos que comparten un fogoso ardor por Mónica. Un periodista, harto del corrupto director del diario para
el que trabaja, opta por dimitir sólo para caer en una trampa y verse envuelto
en varios asesinatos. Aldo, un tahúr
con mala suerte, quiere conquistar a Elena
para conseguir su riqueza; pero cuando ella lo invita a conocer a su
trastornada familia y a la aterradora
nana, ésta lo arrojará al mundo de los muertos y a la locura. Mientras un matarife, enamorado de una mujer inalcanzable,
se convierte en policía y unos gemelos huyen de su padre viudo que intenta
matarlos, en Puerto Solar es cada vez
más inminente el Día del Juicio,
bajo el aspecto de una guerra fanática
y brutal entre ciegos y cojos. En Puerto
Solar no hay misericordia ni amparo, y el único refugio es la furia o la
ironía.
«Nada nos justifica, no hay
explicaciones, sólo pasión», dice uno de los personajes, y esa declaración da
la medida de los excesos que parecen a punto de estallar en cada una de las trece historias de este libro que,
engarzadas entre sí, componen este desgarrado fresco social.