En 1912, Joseph Conrad reunió en un volumen que tituló «Entre tierra y mar» tres largos relatos que había escrito y publicado con anterioridad y cuyo nexo de unión, aparte de los mares del Índico, era «el carácter, la visión y el sentimiento de los primeros veinte años que fui independiente en mi vida». La colección tuvo un gran éxito, y los títulos que la componen (Una sonrisa de la fortuna, Quien compartió en secreto y Freya, la de las siete islas), no dejaron de ser, desde entonces, continuamente reeditados.