Cuando uno quiere jugar con sus padres, por la mañana, tiene que comprobar que están despiertos. Si no lo están totalmente, se les puede llevar una taza de café con leche. Pero cuidado que no se caiga.
aquest lloc web utilitza galetes, tant pròpies com de tercers per a millorar la vostra experiència de navegació. Si seguiu navegant considerem que accepteu el seu ús.més informació